domingo, 14 de febrero de 2010

EL KOKI

Cuando decidí traerme al Koki a mi casa, no lo pensé tanto.  El niño estaba en Tiempo Joven (centro de reclusión para menores), y se acercaba la fecha de su libertad.  Sus amigos estaban todos detenidos, y el ruco que construímos lo habían quemado, porque llegaron personas grandes y se los quitaron.  El Gatica, enojado, le prendió fuego y quedó hecho cenizas. "Nadie va a ocupar el lugar que hicimos para nosotros, tía.."
El Koki iba a volver a deambular por las calles, y ahora solo.  Era un niño muy alegre y simpático, bueno para el deporte y para comer... nada en él me provocaba ni el mas mínimo temor.   Pánico sentía por su futuro, y Dios me iluminó con su amor y decidí traerlo a vivir con mi familia.  Hablé con mis hijos, y nadie manifestó ningún rechazo.  Ya los conocían a todos, iban conmigo a las caletas, y felices jugaban todos juntos.
Muchos de mis amigos y familiares pensaron que yo estaba loca.  Pero pienso que si hubieran sentido lo que yo, tampoco hubiesen dudado traerlo a la casa.
Llegó el cinco de octubre de 2006, y le esperaba su pieza y un baño, que eran las dependencias de mi casa, no por aislarlo por nosotros, sino para respetar su intimidad y hacer que se acostumbrara a vivir con nosotros.

 
El Koki el primer dia en mi casa

Desde el primer dia el Koki se portó bien.  Hacía el aseo de su pieza, como todos mis otros niños, ya que no tenía nana que me ayudara.  Empezó a realizar actividades de arte, y deporte con mi hijo Martín.  Ambos se hicieron muy amigos, tanto que cuando llegó mi padre a vivir conmigo, Koki le cedió su pieza y los dos ordenaron una pieza para ellos.  Nunca tuvieron problemas.  Ni el Koki con el desorden del Martín, y el Martín generosamente le cedió un espacio, y como hermanos compartieron hasta hoy su pieza.

 
Mis niños, Martin y Lole con el Koki

Pasaron cosas  maravillosas.  Con el tiempo, Koki quizo que lo llevaramos donde su padre.  Y llegamos a la casa de éste justo para el día de su cumpleaños.  Estaba feliz, agradecido al ver a su hijo que no veia hacia tanto tiempo.  Se abrazaron y besaron mucho, y pasamos una tarde muy agitada, celebrando el cumpleaños de don Osvaldo con un rico cocimiento y una torta gigante.  Desde ahí, Koki visitó a su padre todos los fines de semana.
Al segundo año que el Koki llevaba en mi casa, y en uno de esos fines de semana en que yo creía que se encontraba con su padre, fue a visitar a sus amigos a la caleta del Arzobispo.  En el puente Arzobispo, Providencia con Eliodoro Yañez.  Alli sucedió lo que siempre me habia temido.  Por un error mal intencionado, Koki y Paul cayeron presos acusados de robo y de violación respectivamente.  Koki llevaba dos años viviendo conmigo, y nunca me robó nada, y nunca manifestó un comportamiento de ese tipo, con nadie de mi familia.  Paul, que también lo conocía,  era un niño de 14 años, que le gustaba cantar y tocar guitarra, que me pedía que lo adoptara también, que el trabajaría para mantenerse.. era un niño sano y normal.  
Nunca creí lo que vi en la televisión ese día sábado a la hora de almuerzo.  Gran noticia gran.  Koki y Paul en los tribunales acusados de agredir a una mujer de 28 años.  
Pero ¿Cómo?  ¿Que hacía ahi?  Corrí por la casa como loca tratando de ver qué haría.  Llamé a un primo abogado.  Día sábado  no se puede hacer nada, Lole.  El domingo era día de visita.  Partí al dia siguiente a ver que podía hacer.  Nada, el alcaide atendía los lunes a la una y media.  Todo ese día sufrí pensando qué sentiría el Koki.  Si pensaba que yo ya sabía, se sentiría pésimo creyendo que yo lo iba a culpar, y lo iba a juzgar.  Nooo, yo lo único que quería era verlo para que supiera que estaba con él y que no creía ni una palabra de lo que habían dicho.  Ese era mi apuro antes que nada.  Que el supiera que yo estaba con él y que lo amaba y que creía en él pasara lo que pasara.
El día lunes parti a pedir mi audiencia con el alcaide para poder ver al Koki y decirle lo que tenía que decirle.  Había varias personas antes que yo.  Yo no sabía lo que pasaría, era un trámite que nunca en mi vida me habría imaginado tener que hacerlo.  Pero estaba ahi, y dispuesta a lo que fuera por hablar con el Koki. 
Me atendió el alcaide.  Me miró raro.  Señor, tomaron preso a un niño que vive en mi casa, y aunque vivía en los puentes, ahora, hace dos años lo tengo en mi casa y se ha portado como un hijo. Necesito hablar con él, necesito decirle que lo quiero y que vamos a hacer todo lo posible por sacarlo y por ayudarlo.  Me preocupa que crea que no estamos detrás.. por favor,.. déjeme verlo.   El señor alcaide comprendió, Dios lo hizo comprender. Ya que me miraba como bicho raro, y no entendía mucho.  Pero su capacidad humana de comprensión no dudó en dejarme diez minutos con mi Koki y autorizó mi entrada a la cárcel, aunque no era ni dia de visita.
Corrí por los pasillos, pero los gendarmes me dijeron que con polera negra no podía entrar.  Salí a la entrada, y alli estaban el Carlitos y la hermana del Koki.  Le saqué la polera al Carlitos y me la cambié, ahí, en plena vía publica.  Los minutos corrían, asi es que junto al gendarme que me custodiaba entré denuevo y recorrí los largos pasillos de Santiago Uno, que es donde llegan los reos por prisión preventiva.
El Koki me esperaba detrás de una mesa, con su mirada hacia el suelo y sus ojitos llenos de lágrimas.  Kokii, como estay?  No me hablaba.  Avergonzado no se atrevía ni a mirarme.  Llorando nos abrazamos, y le di muchos besos y le dije que no se preocupara que creía en él y que esto podía haber pasado.  Se había ido a tomar una cerveza con el tubi, y pasó todo.. tía yo no robé nada..  lo se hijo.  Lo sé.  Le aseguré que ibamos a luchar juntos, que tuviera paciencia, pero que iba a hacer lo mejor que podía hacer.  Koki, portate bien, para que no pase nada, y yo vengo apenas tengas dias de visita.  Un abrazo cálido y amoroso selló el pacto que habíamos hecho dos años atrás.  No.  No lo abandonaría.
Mi primo abogado, me contactó con Felipe Marín, abogado profesor de la clínica jurídica de la Universidad Diego Portales.  En nuestra primera reunión,  estaban sus alumnos, mis hijos, Carlitos y la Pía.  Contamos los sucedido, y ellos ya tenian todos los papeles en sus manos.  Es difícil la causa, Loreto, me dijo preocupado Felipe.  Estos niños son esquematizados como delincuentes, y no se puede hacer mucho.  Felipe fue duramente realista, y me dejó aterrada.  Nadie investiga estos casos.  Necesitamos saber lo que realmente pasó, y la investigación la van a tener que hacer ustedes.  No hay problema, recorreremos el lugar interrogando a medio mundo.  Salimos dispuestos a ser detectives o lo que sea por nuestros niños.
Mientras tanto, Koki seguía en Santiago Uno, en detención preventiva... ya tenía los dieciocho años, asi es que de ahí, si era juzgado, pasaría a la Penitenciaría directamente.  Los casos de violación y robo, son castigados severamente tanto por los gendarmes, como por los reos.  
Fue un tiempo tremendamente difícil.  Llevarle ropa limpia, algo de comida, visitarlo.. todo era un mundo.  Las encomiendas se recibían algunos días, habia que estar desde las 5 de la mañana haciendo la fila.. el lugar de reclusión quedaba muy lejos.  Algunas ropas se podían llevar.. algunas comidas...  no entrabas vestido de cualquier manera.  Te revisaban entera, y revisaban todo lo que llevaras.

 
Penal Santiago 1
Este lugar se convertiría en un lugar que visitaría todas las semanas, todos los días martes, durante 3 meses.

Carlitos y yo fuimos a la calle del puente del arzobispo a contactar a todos los testigos del hecho de ese horrible dia.  Recolectabamos información y se la llevabamos a Felipe y sus alumnos para que hicieran algo por el Koki.  Ese equipo se convirtió en nuestra tabla de salvación, y nos comunicabamos y nos juntabamos semanalmente para registrar la situación del Koki.
Yo empecé a ir todos los martes a ver al Koki.  Nunca me imagine verme en esa situación y rodearme de la gente con la que estuve.  Gente de escasísimos recursos, de una educación precaria, que tenían a sus hijos, maridos y hermanos presos por diversos motivos.  Gente solidaria, que del primero momento se dieron cuenta que yo no era de ese lugar, y en vez de excluirme, me apoyaron y nos acompañamos cada martes en la visita de nuestros seres queridos.
Pasara lo que pasara, los martes eran sagrados.  Me levantaba temprano y partía a Santiago 1, en el metro, preocupada de que mi ropa fuera la adecuada, y no le llevaba nada de comer al Koki, porque eso atrasaba mi entrada con todas las revisiones que nos hacían.  Desde sacarse toda la ropa, y mostrarse entera, para que no detectaran nada raro, hasta sentarme en una silla (como la silla eléctrica) en calzones, para ver si no portaba drogas en mi interior..  increíble, esas pobres mujeres son maltratadas y humilladas por las gendarmes, hasta por la ropa interior que llevas.  Entre mis reflexiones, descubrí que nosotros mismas eramos las culpables, ya que muchas de ellas entraban drogas en capsulas que se introducían en la vagina, entre los sostenes, marihuana dentro de los cigarrillos, en las galletas, etc.
Dios estuvo todo el tiempo conmigo. Ya que siempre lograba entregar mi carnet, que lo pedían 3 horas antes, para entrar en orden, y nunca me quedé sin ver a mi Koki.  Las amigas me esperaban y me guardaban un hueco en la fila... Apurate niña..  que ya están pidiendo los carneses!!  Corría por la calle, junto a varias que hacían lo mismo.
Cuida a tu hijo, me dijo alguna vez, una de ellas.  Los gendarmes les pegan, pide un recurso de protección para él...  Pucha que me asustaban a cada rato.  Pero al final entraba y corría por los pasillos, eteeernos de largos hasta la sala 7 donde me encontraba con mi Koki, y comprobaba que se encontraba en perfectas condiciones, tranquilo, protegido por todos los que sabían que había vivido bajo los puentes, y me decían:  el mapocho es un cabro bueno..  no se preocupe, nosotros lo cuidamos.  Reos increíbles.  Ladrones, asesinos, secuestradores...  eran mis amigos y me cuidaban a mi Koki.
No se veía ninguna esperanza.  Tanto el Koki como el Paul, seguirían presos, y mi terror era que fueran condenados y el Koki, por ser mayor de edad entrara a la Penitenciaría.  Koki, le dije un día, si te condenan te vai para afuera.. te vai a Arica y allá te vamos a ver.  Dicen que allá son menos peligrosos.  El Koki, siempre tranquilo y esperanzado, tía me decía, el que nada hace, nada teme.
Después de 90 días, se haría el juicio al Koki y al Paul, y serían condenados.  Por esa fecha, Felipe Marín nos citó a su oficina.  Vamos a pedir que el Koki pueda salir y hacer su prisión preventiva en la casa.  Tenemos que demostrar que no es un peligro para la sociedad, y asi esperamos el juicio con el Koki en tu casa.  Reúne todo lo que puedas que demuestre que el Koki no es peligroso.
Mandé mails a todos mis amigos, que de vuelta me enviaran una carta que certificara que el Koki no era peligroso, y que lo conocían viviendo en mi casa, con mis hijos hacía dos años.  Todos me enviaron su carta, y yo las imprimí una a una para llevarlas al tribunal.  Hicimos una carpeta con todo el material necesario.  El señor del kiosko de diarios me hizo la suya.  Yo lo conozco mucho, y es un cabro bueno. Me dijo.
Llegó el dia del juicio, partimos toda la familia, para ver al Koki también , pero solo dejaron entrar a los mayores.  Después de un tenso juicio, la jueza dictaminó que Koki y Paul eran un peligro para la sociedad, asi es que seguirían en prisión preventiva en Santiago 1.  Fue un palo muy grande. Ya que esta resolución no nos daba ninguna esperanza para el futuro.  Deshecha me vine a la casa.. y seguí llendo los martes a ver al Koki.  Un mes después, me llaman por teléfono, que nos prepararamos porque el Koki salía libre el fin de semana.  ¿¿¿Cómo???  La víctima había dicho la verdad, y los niños eran inocentes.  La vida me cambió..  creí denuevo en la gracia divina.  Jesús, gracias..  Antes de esto, era vivir una situación injustisima que me mantenía pisando sobre una cuerda floja, mi tiroides zapateaba, bajé muchos kilos, lo que no me venía mal, pero siempre con el alma en un hilo.  
Ya estaba completamente perdida en mi fe, no en Dios, sino en el mundo...  A cada rato me acordaba de los detenidos desaparecidos y sus familias.  En ese tiempo no había justicia, no había amor, no había verdad.  Pucha que tienen que haber sufrido..  y no tuvieron un final feliz.. luego no sólo luchando por la verdad, sino que tuvieron que luchar para que les entregaran los cuerpos de sus seres queridos... y muchos ni eso vivieron.  Muchas mamás murieron sin saber si su hijo estaba muerto.. y sin siquiera ver sus cuerpos..
¡Qué horrible!  yo tenía mucha suerte.  La verdad había triunfado.  No sabes cuanto te agradezco mi Dios.  Pobre mujer que había mentido, ahora todo se volvería contra ella.  Casi me daba pena.
El dia viérnes de esa misma semana, saldría el Koki, partimos con el Carlitos a Santiago 1, a las 6 de la tarde, que era la primera hora que nos dijeron saldría.  Las 6, las 7, las 8.. las 10, luego sería a las 12.. y nada.  Mucha gente esperaba alli a sus parientes que saldrían en libertad. Todos detrás de una línea amarilla pintada en el suelo.  Sin poder acercarse a la reja.  ¿Qué les pasa? ¿Qué van a hacer cerca de la reja?  Humillación tras humillación.  Los parientes de los reos son tratados igual que ellos.
A las tres de la mañana soltaron al grupo en libertad.  A las tres de la mañana vi a mi Koki cruzar la reja y  salir corriendo a abrazarme.  Salimos corriendo y nos subimos al auto.  No más pesadilla, no más infierno.. Libreeee
El juicio para sobreseerlos fue un mes después.  El Koki ya se encontraba con nosotros.  Esta es noticia, decía Felipe Marín, las van a bombardear los medios.  Y asi fue.  Al dia siguiente del juicio llegaron todos los canales de TV a mi casa. Y la noticia recorrió el mundo. No me importó dar una buena noticia al mundo.  Se había hecho justicia, había triunfado la verdad.


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